Por más que sea negado, y afirmarlo no sea políticamente correcto, de hecho existen poderes ocultos que quieren homosexualizar a los niños(as) y adolescentes. ¿Con qué fin? Cualquier respuesta a esta pregunta necesariamente dará pie a discusión, pues el objetivo real sólo lo conocen los maliciosos que trabajan en ello.
Seguramente los niños no son el objetivo final, pero parece claro que homosexualizar a los niños es una manera eficaz de alcanzarlo.
La homosexualización a los niños tendrá, como efecto inmediato, la extinción de muchas familias. Una extinción de las familias quizás mejor lograda que si tuvieran que pasar por una guerra.
Es claro que no podremos impedir que haya familias que, finalmente, sí se extingan. Pero sí podemos hacer el esfuerzo cada quien de evitar que se extinga la propia y de ayudar al vecino en su esfuerzo de dar trascendencia a la suya. Eso sí podemos hacerlo y debemos hacerlo.
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